El curso de Historia de UNISC habilita al ejercicio del trabajo de profesor y de investigador en sus dimensiones económica, política, social y cultural. El graduado en Historia posee pleno dominio de la naturaleza del conocimiento histórico-pedagógico y de las prácticas esenciales de su producción y difusión para suplir demandas sociales relativas a su campo de conocimiento, actuando en el magisterio en las series finales de la Primaria, en la Secundaria, en la preservación del patrimonio histórico y cultural y, en asesorías a entidades públicas y privadas.
El profesional deberá, por tanto, estar capacitado a la comprensión del significado de las producciones históricas, en sus aspectos más amplios, reconociendo toda la complexidad envuelta en estos procesos, y localizándolos en el tiempo y en el espacio. Debe estar apto a situarse en el tiempo presente, comprendiendo las contingencias del mundo contemporáneo y reconociendo las principales transformaciones científicas, filosóficas, sociales e históricas por las cuales los grupos humanos vienen pasando. Que tenga la capacidad de establecer relaciones temporales coherentes, secuenciales o simultáneas, entre diferentes marcos históricos, reconociendo la existencia de complejas imposiciones de orden cultural, económica, política y social que sostienen y permiten la emergencia de tales acontecimientos.
El curso de Historia de UNISC habilita al ejercicio del trabajo de profesor y de investigador en sus dimensiones económica, política, social y cultural. El graduado en Historia posee pleno dominio de la naturaleza del conocimiento histórico-pedagógico y de las prácticas esenciales de su producción y difusión para suplir demandas sociales relativas a su campo de conocimiento, actuando en el magisterio en las series finales de la Primaria, en la Secundaria, en la preservación del patrimonio histórico y cultural y, en asesorías a entidades públicas y privadas.
El profesional deberá, por tanto, estar capacitado a la comprensión del significado de las producciones históricas, en sus aspectos más amplios, reconociendo toda la complexidad envuelta en estos procesos, y localizándolos en el tiempo y en el espacio. Debe estar apto a situarse en el tiempo presente, comprendiendo las contingencias del mundo contemporáneo y reconociendo las principales transformaciones científicas, filosóficas, sociales e históricas por las cuales los grupos humanos vienen pasando. Que tenga la capacidad de establecer relaciones temporales coherentes, secuenciales o simultáneas, entre diferentes marcos históricos, reconociendo la existencia de complejas imposiciones de orden cultural, económica, política y social que sostienen y permiten la emergencia de tales acontecimientos.